1967: Ford Mustang Shelby GT500
El Ford Mustang Shelby GT500 de 1967 marcó un punto de inflexión en la historia del Mustang y de los muscle cars en general. Fue el resultado de la evolución del Mustang como un auto no solo deportivo, sino de alto rendimiento, con una imagen más agresiva y un motor más potente que nunca.
Ford necesitaba mantenerse a la vanguardia y, para ello, recurrió nuevamente a Carroll Shelby, quien ya había trabajado en las versiones de alto rendimiento del Mustang en años anteriores, como el GT350 de 1965.